Neuschwanstein es un castillo mandado construir por Luis II de Baviera (en alem?n Ludwig), y cuyo nombre se podr?a traducir por "el nuevo cisne de piedra". Se encuentra en Baviera, Alemania.
El rey exigi? dos condiciones en su construcci?n: primero, que ser?a edificado por trabajadores b?varos y con materiales b?varos, sin apenas excepciones, lo que favoreci? la creaci?n de una poderosa artesan?a en Baviera, que ha hecho de ella uno de los mayores enclaves industriales de Alemania. Y segundo, que por fuera deb?a asemejar los castillos de los cuentos de hadas que tanto admiraba en su juventud, pero por dentro deb?a contener todos los avances tecnol?gicos de la ?poca.
As?, ambas exigencias se cumplieron: el castillo asemej? tanto los relatos tradicionales alemanes que fue elegido por la Disney como modelo para el castillo de la Bella Durmiente, el cual es el principal s?mbolo (de hecho, hay una r?plica en este parque) del Disneyland Resort Paris o Eurodisney.
Por dentro, adem?s de continuas referencias a estos cuentos o a diversas leyendas y personajes medievales (Trist?n e Isolda, Fernando el Cat?lico), contiene una completa red de luz el?ctrica, el primer tel?fono m?vil de la historia (con una cobertura de seis metros), una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por Leonardo da Vinci, y maravillosas vistas y paisajes a los Alpes, incluyendo una encantadora cascada que pod?a contemplarse desde la habitaci?n del monarca.
Con el alejamiento voluntario de la capital de Baviera, Munich, Luis II se refugi? en este castillo, y termin? viviendo all? de manera permanente, supervisando su construcci?n, en concreto desde unas escaleras que constitu?an el lugar favorito para seguir los avances obtenidos. Su alegr?a al verlo terminado, sin embargo, s?lo dur? unos d?as, pues muri? ahogado en un lago cercano (la leyenda desconoce si fue por accidente o por asesinato con el objetivo de obtener la sucesi?n) en extra?as circunstancias.
Pobre negocio hicieron los descendientes de Luis II con el castillo, que vendieron al gobierno b?varo, pasando m?s tarde al alem?n. La cantidad por la que lo vendieron iguala a los ingresos anuales actuales que el castillo obtiene por la invasi?n incesante de turistas que vienen a visitarlo.
Castillo-Neuschwanstein
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